Dólar: La Neoconvertibilidad que Busca Implantar el Gobierno
El Gobierno argentino está proponiendo un nuevo enfoque económico conocido como neoconvertibilidad, el cual busca fomentar la dolarización endógena. Este plan tiene como objetivo que los ciudadanos adopten el dólar como moneda de referencia, sin eliminar el peso. Esta estrategia busca crear un clima de estabilidad monetaria que favorezca las perspectivas electorales del Gobierno, según el ministro de Economía, Luis Caputo.
Este esquema se asemeja a la convertibilidad de los años 90, pero con una visión actualizada. Se propone una competencia de monedas para remonetizar una economía que actualmente presenta un circulante insuficiente. Sin embargo, esta propuesta genera controversia tanto a nivel nacional como internacional.

Detalles de la Neoconvertibilidad
Un aspecto fundamental de la neoconvertibilidad es la implementación de una banda cambiaria de facto, que operaría dentro de la banda oficial establecida el 11 de abril. Mientras la banda original oscila entre $1.000 y $1.400, la nueva banda interna se situaría entre $1.060 y $1.200. Este mecanismo permitiría al Gobierno moderar la volatilidad del tipo de cambio oficial, evitando que fluctuaciones bruscas impacten en los precios y alimenten la inflación.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) intervendría activamente para mantener esta banda, lo que se interpretaría como una flotación libremente administrada más que una flotación libre. La intención es convencer al mercado de que el dólar se mantendrá cerca del límite inferior de esta banda, mediante aumentos de retenciones y otras señales económicas.
Desafíos de la Banda dentro de la Banda
A pesar de sus beneficios, esta banda dentro de la banda presenta dilemas significativos. Aunque ayuda a controlar la volatilidad, limita la acumulación de reservas, dado que el BCRA solo compraría divisas si el tipo de cambio cae por debajo de $1.000. Esta situación puede entrar en conflicto con las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exige acumular u$s4.300 millones para junio de 2025.
Además, la intervención en los contratos de dólar futuro, presumiblemente por parte del BCRA, genera incentivos para el carry trade y mantiene el tipo de cambio en un rango estrecho, aunque esto compromete la transparencia y la acumulación de divisas. El Gobierno también busca inyectar más dólares en la economía, apelando al ahorro de los argentinos.
Disciplina Fiscal y Riesgos Geopolíticos
La viabilidad de la neoconvertibilidad depende de mantener una disciplina fiscal estricta. El Gobierno sostiene que ha eliminado el déficit fiscal y ha cerrado las fuentes de emisión monetaria. Este enfoque busca fortalecer el valor del peso, obligando a los ciudadanos a vender dólares para obtener moneda local. Sin embargo, el blanqueo de capitales y un acuerdo con el FMI han permitido fortalecer las reservas, lo que es esencial para la estabilidad del esquema cambiario.
El FMI se muestra escéptico respecto a la dolarización endógena, abogando por un tipo de cambio totalmente flexible. Para sostener esta neoconvertibilidad, se estima que se requieren entre u$s50.000 y u$s70.000 millones en reservas, un objetivo ambicioso que podría verse comprometido si el BCRA no logra acumular divisas. La transición hacia una economía más dolarizada podría también acentuar la desigualdad, afectando a los sectores que dependen del peso y enfrentan precios referenciados en dólares.
Las tensiones entre el Gobierno y el FMI son evidentes, pero hay indicios de que el Tesoro de Estados Unidos podría estar otorgando un margen de maniobra a Caputo, posiblemente por intereses geopolíticos. Esta situación presenta tanto oportunidades como riesgos, lo que hace que el futuro de la neoconvertibilidad sea incierto y digno de seguimiento.